Ejercicios de ayuda, para los alumnos de música.
En mi práctica docente, siempre empleo una variedad de ejercicios gimnásticos para ayudar a los estudiantes (sobre todo de iniciación) a superar las dificultades derivadas de trastornos en el sistema musculo-esquelético. A continuación, proporcionaré una serie de ejercicios destinados a abordar los problemas que enfrentamos. Dependiendo de las necesidades individuales de cada niño, el profesor puede adaptar, cambiar o proponer nuevos ejercicios.
- Ejercicios para mejorar la postura:
“Ascensor”:
Coloca los pies separados al ancho de los hombros, ligeramente doblados. Los hombros deben estar relajados y caídos, con los codos redondeados y las manos frente al cuerpo, colgando libremente. El maestro se sitúa detrás del niño, sosteniendo sus manos desde abajo como si transfiriera su peso a ellas. Asegurándose de que el peso del cuerpo del niño esté bien distribuido en las piernas y la cintura pélvica, con el cuello y los brazos relajados, el maestro levanta los brazos y los balancea libremente, como un péndulo, hasta que se detienen por completo. Es crucial garantizar que no se comprima la columna cervical durante este ejercicio, el cual beneficia la ejecución al piano y promueve un movimiento fluido y coordinado de ambas manos.
“Bailarina”:
Con el cuerpo ligeramente inclinado, inhala mientras te pones de puntillas y levantas suavemente los brazos por encima de la cabeza, cruzándolos y extendiéndolos hacia los lados. Al exhalar, inclina el torso hacia adelante, dejando que los brazos caigan y se balanceen libremente hasta detenerse por completo. Durante este ejercicio, el maestro verifica si los músculos de los hombros están relajados. Este ejercicio ayuda a enderezar el torso, a sentir los brazos extendidos y a liberar la tensión de los músculos de los brazos.
“Varita”:
Con la espalda doblada, las manos descansan sobre un bastón de gimnasia colocado detrás del cuerpo, en las axilas. El niño gira el torso en diferentes direcciones sin forzar los brazos. Este ejercicio contribuye a mantener la espalda recta y previene la escoliosis y el agarrotamiento de las manos en las articulaciones del codo.
- Movimientos de rotación:
El niño gira los puños, asegurándose de controlar los codos para evitar su participación involuntaria en el movimiento. Si los hombros se levantan, se deben realizar varios movimientos de rotación en las articulaciones del hombro para corregirlo. Es esencial adaptar la dificultad del ejercicio según las necesidades del niño, comenzando con movimientos simples y aumentando gradualmente la complejidad. Este ejercicio ayuda a mejorar la movilidad de los brazos y los hombros.
“Cuello”:
Con toques suaves y gentiles, el maestro ayuda al niño a realizar pequeños movimientos circulares con la cabeza para aliviar la tensión de los músculos del cuello. El objetivo es que el alumno pueda realizar estos movimientos de manera independiente sin forzar el cuello.
Estos ejercicios permiten a los niños controlar su cuerpo, liberar la tensión excesiva y mejorar la movilidad. Con práctica suficiente, los niños podrán tocar el piano sin sentir fatiga en los hombros ni recurrir a levantarlos.
- Ejercicios para los pies:
Realiza movimientos circulares con los tobillos para superar la rigidez y la falta de movilidad. Es importante prevenir el desarrollo de pie plano, ya que puede dificultar la pedalización del piano.
- Ejercicios para los músculos grandes:
Estos ejercicios implican el trabajo de los músculos grandes, activando los músculos de la región humeroescapular y promoviendo una sensación de “integridad” en los movimientos del brazo desde el cuerpo.
“Molino”:
Con las manos y el cuerpo libres, realiza movimientos de rotación de los brazos desde el cuerpo en las articulaciones del hombro, alternando entre el brazo derecho e izquierdo hacia adelante y hacia atrás. Es crucial mantener los brazos relajados durante este ejercicio, ya que el objetivo no es desarrollar los músculos de los brazos, sino relajarlos y mejorar la movilidad.
“Gitano”:
Agita los hombros como en un baile gitano, comenzando con movimientos simplificados hacia arriba y hacia abajo, para luego pasar a movimientos de rotación hacia adelante y hacia atrás, alternando entre los hombros de forma individual y conjunta.
“Boxeo”:
Para experimentar la sensación de tener las manos “fuera del cuerpo”, el niño simula los movimientos de un boxeador, lanzando los brazos hacia adelante con fuerza, como si desafiara a un oponente, manteniendo los hombros bajos en todo momento. Este ejercicio es beneficioso para desarrollar la conexión con las manos, especialmente cuando los movimientos de rotación no son efectivos.
“Adiós”:
Con los codos libres y los dedos extendidos desde la palma de la mano, el niño imita el gesto de despedida agitando la palma. Al mismo tiempo, el profesor verifica discretamente la libertad de movimiento de la mano y la participación de los músculos escapulares. Este ejercicio promueve la coordinación y la libertad de movimiento en las manos y los brazos.
“Lavar”:
El niño imagina que está lavando un vestido, y luego lo sacude. Durante este ejercicio, el profesor explica la importancia de la libertad en los movimientos, comparándolo con el tocar el piano. Al tocar con las manos libres, los sonidos se proyectan lejos, mientras que al tocar con las manos tensas, los sonidos permanecen limitados. Este ejercicio enfatiza la importancia de la relajación y la libertad en la ejecución musical.
“Director de orquesta”:
El niño simula dirigir la música. Este ejercicio involucra todos los músculos, fomentando la suavidad y la flexibilidad en los movimientos. Es crucial mantener una respiración adecuada para evitar la tensión en los hombros y enderezar los músculos pectorales. Este ejercicio contribuye al desarrollo de la técnica pianística y la respiración adecuada.
“Giros del cuerpo con música”
Se realizan giros con los brazos abiertos y levantados uno por uno, mientras el torso gira en la región lumbar. Este ejercicio permite al niño sentir el trabajo de los músculos grandes de la espalda y los brazos, alternando entre relajación y tensión. El profesor puede evaluar los progresos individuales de cada niño al finalizar esta actividad.
El siguiente conjunto de ejercicios se centra en el desarrollo de habilidades de agarre, que promueven reacciones rápidas, destreza y coordinación muscular, al mismo tiempo que refuerzan la postura correcta y el trabajo de los brazos “desde el cuerpo”. Estos movimientos ayudan al niño a distribuir naturalmente la tensión muscular, lo cual es crucial para una interpretación fluida y una adecuada conducción del sonido al tocar el piano. Los movimientos de agarre fortalecen los músculos de la mano, mejoran el tono de trabajo y aumentan la circulación sanguínea, permitiendo una mejor irrigación en los capilares de las yemas de los dedos. Se recomienda empezar con un pañuelo antes de pasar a una pelota, ya que algunos niños pueden encontrarlo más fácil de manejar.
“El pañuelo está bailando”
Al ritmo de una música pausada y sobria (marcha, vals, polca, minueto, mazurca o polonesa), los niños se pasan un pañuelo entre ellos con movimientos suaves, siguiendo el ritmo marcado por el maestro. Este juego no solo mejora las habilidades de agarre y los reflejos, sino que también desarrolla la plasticidad de los movimientos de las manos, promueve una respiración adecuada y ayuda a desarrollar un sentido rítmico auditivo.
“¿Quién es más rápido?”
El pañuelo se coloca sobre una mesa y los niños intentan agarrarlo lo más rápido posible cuando se cuenta “uno-dos-tres”; el primero en tomarlo gana. Si algún alumno tiene dificultades, el profesor puede participar y perder intencionalmente. La velocidad de reacción es fundamental para un pianista, ya que es esencial incluso para interpretar piezas musicales simples.
“Pañuelo volador”
El niño sostiene un pañuelo en la palma de su mano, lo suelta y lo atrapa con la otra mano sin agacharse, manteniendo la espalda recta y los hombros bajos. Se puede realizar con un solo pañuelo o con dos, cambiando de manos simultáneamente. Los movimientos deben ser suaves y delicados, como si los pañuelos estuvieran volando por el aire.
“Juguemos juntos”
Los niños (profesor y alumno) se paran frente a cada uno y uno de ellos lanza un pañuelo a otro jugador, quien lo atrapa y luego lo lanza a alguien más. Este ejercicio ayuda a desarrollar la capacidad de respuesta motora y la concentración, ya que la sorpresa del lanzamiento requiere una atención constante. Después de completar estos ejercicios con pañuelos, se puede pasar a ejercicios con pelotas de tenis si es apropiado para el nivel y la habilidad de los niños.
Los ejercicios con pelota elástica son útiles para abrir más las palmas y desarrollar los músculos palmares. En estos ejercicios, los movimientos deben ser más firmes y palpables en comparación con los ejercicios con un pañuelo más ligero. Se pueden realizar los mismos ejercicios con una pelota que con un pañuelo, pero es importante preparar a los niños para nuevos juegos y ayudarlos a dominar las técnicas auxiliares para sentir correctamente la pelota en sus palmas.
Es beneficioso jugar con la pelota entre todos: el profesor la suelta y el alumno la atrapa para evitar que caiga, intercambiando roles hasta que la pelota se cae. La pelota debe soltarse con suavidad, sin movimientos bruscos ni sacudidas, y sin aplicar fuerza. Luego, el niño puede intentar golpear la pelota con la palma de su mano.
Jugar con una pelota blanda es excelente para el desarrollo muscular, no solo de los músculos pequeños. Puedes apretarla en tu puño para deformarla y luego relajar la mano para que vuelva a su forma redonda. A los niños les encanta este juego, especialmente si algunas de las bolas tienen caras divertidas.
Es importante recordar que todos los ejercicios deben adaptarse individualmente según las capacidades de cada alumno. No hay que limitarse a los ejercicios presentados, se pueden variar de manera infinita. Si un ejercicio resulta difícil, se puede simplificar; una vez que el niño domine la versión más simple, podrá avanzar hacia la compleja más rápidamente. A veces, los propios niños inventan ejercicios nuevos, y es importante elogiarlos y jugar los juegos que inventaron.
Antes de comenzar el juego, la tarea principal de la gimnasia motora es permitir que el niño sienta su cuerpo, enseñarle libertad de movimiento y desarrollar una postura adecuada. Respecto a la prensión, las sensaciones de resorte y la sensación de tener las manos “fuera del cuerpo”, realizo estos ejercicios incluso con niños que han estado tocando el piano durante varios años. La gimnasia ayuda a aliviar la tensión y la fatiga durante la práctica.
Una regla fundamental que siempre sigo durante la gimnasia es no enfocar la atención del alumno en el fracaso. Al notar deficiencias en un alumno, el profesor puede analizarlas y ayudar a superarlas. Siempre es útil revisar los ejercicios en los que los niños tuvieron dificultades.
EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN
El éxito en la interpretación de una pieza musical depende en gran medida de la capacidad de respirar correctamente. La expresividad del sonido durante el fraseo y la entonación de intervalos con la “mano que respira” también están vinculados con la respiración. Con frecuencia, la falta de ritmo en la ejecución musical se debe a una respiración desequilibrada. Una de las formas más efectivas de enseñar a los estudiantes a respirar de manera suave y superficial es a través de la natación, que también contribuye al desarrollo de una postura correcta y la coordinación de movimientos con ambas manos.
La respiración del intérprete se ajusta al fraseo musical. Cuando un niño está saludable, su respiración mientras toca el instrumento es silenciosa y rítmica, sin elevar los hombros.
Para establecer una respiración adecuada y al mismo tiempo evaluar si existen patologías en el tracto respiratorio y nasofaringe que puedan afectar negativamente las lecciones de música, existen numerosos ejercicios útiles y sencillos que involucran la participación de las manos. Estos pueden incluir inhalaciones cortas y exhalaciones largas, o viceversa, así como movimientos que ayuden a regular la respiración. A continuación se presentan algunos ejercicios:
“Aparta la ramita”
Con los músculos de la espalda, el cuello y los hombros relajados, y los brazos doblados a la altura de los codos, inhala suavemente por la nariz sin elevar los hombros. Luego, con la exhalación, extiende los brazos hacia adelante como si estuvieras apartando algo de ti mismo, acompañado de una exhalación prolongada y profunda.
“Respira barriguita”
El niño coloca ambas manos en la parte superior del abdomen, sobre el área del diafragma, y respira de manera uniforme y medida, sin elevar los hombros: inhala y exhala varias veces. El maestro coloca sus manos sobre los hombros del niño y, si estos comienzan a elevarse, aplica un poco más de presión sobre ellos.
Se puede variar el tipo de respiración en este ejercicio, como inhalaciones cortas y exhalaciones largas. Se explica de manera comprensible, de modo que las manos del niño sientan cómo el abdomen aumenta o disminuye durante la inhalación o exhalación: “la barriga respira”, manteniendo los hombros inmóviles.
Si el niño tiene dificultades con este ejercicio, se puede simplificar. Por ejemplo, cerrando una fosa nasal al inhalar con el dedo índice y alternando entre las fosas nasales para la inhalación y exhalación. Si esto no funciona, el maestro puede ayudar al niño a cerrar una fosa nasal o la otra según sea necesario.
Es común que algunos niños respiren por la boca en lugar de por la nariz. Es importante acostumbrarlos gradualmente a la respiración nasal. Si es necesario, se recomienda consultar a un otorrinolaringólogo.
Muchos niños pueden sentirse nerviosos antes de una actuación o incluso antes de una clase. Los ejercicios de respiración pueden actuar como un calmante efectivo, ayudando a reducir la excitación y los latidos del corazón.
“Nadar”
Con los brazos extendidos paralelos al nivel del pecho, el niño imita los movimientos de un nadador: al inhalar, separa los brazos hacia los lados y, al exhalar, los devuelve a la posición inicial.
Es recomendable finalizar cualquier ejercicio de respiración de manera tradicional, con el torso ligeramente inclinado y los brazos relajados, balanceándose hasta detenerse por completo.
**Es importante conocer estos ejercicios porque contribuyen significativamente al desarrollo físico y técnico de los estudiantes de música, independientemente de su nivel de habilidad. Aquí hay algunas razones por las cuales estos ejercicios son importantes:
**Desarrollo físico**: Los ejercicios ayudan a los estudiantes a desarrollar una postura adecuada, fortalecer los músculos necesarios para tocar el instrumento y mejorar la coordinación motora fina. Esto es crucial para prevenir lesiones y problemas físicos a largo plazo.
**Respiración y relajación**: La práctica de la respiración adecuada y la relajación contribuye a una ejecución musical más fluida y expresiva. Además, puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad asociados con la interpretación musical.
**Prevención de lesiones**: Los músicos, especialmente los pianistas, están en riesgo de desarrollar lesiones relacionadas con la tensión muscular y el uso repetitivo de ciertos grupos musculares. Estos ejercicios ayudan a prevenir tales lesiones al promover el equilibrio muscular y la técnica adecuada.
**Desarrollo integral**: Incluso para niños con habilidades musicales limitadas, estos ejercicios ofrecen beneficios para su desarrollo físico y mental. Además, la música es una forma de expresión y creatividad que puede enriquecer sus vidas de muchas maneras.
Como profesor, es importante garantizar que todos los estudiantes reciban una educación musical integral que no solo se centre en el desarrollo de habilidades musicales, sino también en su bienestar físico y mental. Al proporcionarles estos ejercicios, estás asegurando que tengan las herramientas necesarias para desarrollarse como músicos y como personas, sin comprometer su salud en el proceso.
Traductor y editor: Victoria Fernandez Samodaeva